En el pequeño puerto fluvial de La Esmeralda (Venezuela), el equipo de «El Hombre y la Tierra» encuentra a una nutria gigante de seis meses de edad, que había sido arrancada materialmente del vientre de su madre muerta, amamantada por una indígena y que era criada por un indio para venderla al año de edad a los compradores de pieles.
Con un final feliz, la nutria es rescatada del trágico final que la esperaba y puesta en libertad.