Carreras de galgos: De la extenuación a la muerte


Las carreras de galgos son uno de los espectáculos con la tasa de abandono y maltrato animal más alta en España.

Durante la carrera, los animales tienen que recorrer un circuito ovalado persiguiendo una liebre artificial que nunca llegan a alcanzar. En ocasiones, además, deben saltar una serie de obstáculos que han colocado en las pistas. La distancia que recorren varía de los 210 a los 1.100 metros.

El negocio de las carreras mueve millones de dólares al año con el único fin de apostar dinero.

Sumado al número de animales que mueren durante los entrenamientos de los galgos que son usados como carnada (conejos y otros animales pequeños), aparecen otros problemas de maltrato añadido:

  1. Los galgos que no quieren cazar a sus presas suelen ser encerrados en jaulas junto con conejos y privados de comida, para que el hambre les lleve a matar a estos animales.

  2. El entrenamiento, en numerosas ocasiones, se produce con la técnica denominada «entrenamiento a motor». Se lleva  a los galgos sujetos a un vehículo y tienen que correr al ritmo al que va el vehículo, llevándoles al agotamiento extremo. Es frecuente encontrar este tipo de prácticas crueles por las carreteras secundarias de la provincia de Cádiz, por ejemplo. Como dato significativo, decir que  Jerez de la Frontera (Cádiz) es sede la carrera de galgos más antigua de España (Copa La Ina de Galgos) y cuenta con 100 años de Antigüedad.

  3. Los perros de carrera viven a menudo en jaulas, de las que solo salen para comer, hacer sus necesidades y entrenar.

  4. Se droga a los animales antes de las carreras para que estén excitados y lograr un mayor rendimiento.

  5. Se les priva de alimento para que muestren más agresividad y corran detrás de la presa.

  6. Los galgos que no son aptos para competir se venden a laboratorios de vivisección donde son torturados.

  7. Muchos galgos, que no sirven para las carreras o para la caza, son abandonados, ahorcados, arrojados a los pozos o envenenados, tiroteados y torturados y golpeados salvajemente. Se estima que puede haber alrededor de unos 250.000 galgos abandonados en España.

En octubre de 2011, eurodiputados pidieron al Gobierno español que endureciera el marco legal para evitar la situación de maltrato de los galgos en nuestro país. No resulta fácil pillar «in situ» a los galgeros en el momento del maltrato y las autoridades se muestran muy pasivas y poco sensibilizadas. En cualquier caso, las penas por maltrato animal son irrisorias y los maltratadores quedan impunes la mayoría de las veces, volviendo a recurrir en el mismo delito una y otra vez.

Con la entrada en vigor de la reforma del código penal en octubre de 2004, el maltrato a los
animales está tipificado como delito por el Artículo 337: “Los que maltraten con ensañamiento e
injustificadamente a animales domésticos causándoles la muerte o provocándoles lesiones que
produzcan un grave menoscabo físico serán castigados con la pena de prisión de tres meses a un
año e inhabilitación especial de uno a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio
que tenga relación con los animales”.

Galgo Español adoptado en Asturias. Autor: OmarCurrosSimón

Algunas asociaciones animalistas han emprendido campañas de adopción, ya que se trata de animales que poseen un carácter muy noble y se adaptan perfectamente a las costumbres de la casa; muchos otros, sin embargo, son adoptados en otros países como Holanda, Suiza, Bélgica y Alemania.

El próximo 9 de junio, multitud de ciudadanos europeos se manifestarán en Estrasburgo frente a la sede del Parlamento Europeo para pedir que se tomen medidas respecto a la problemática del galgo en España.

¿QUÉ PODEMOS HACER?

  • No asistas a carreras de galgos.

  • Denuncia toda sospecha o caso de maltrato animal del que seas testigo.

Galgo Español en los campos castellanos. Autor: OmarCurrosSimón

REFERENCIAS:

Los zoológicos: cadena perpetua


Los zoológicos son instalaciones que exhiben y crían animales salvajes fuera de su hábitat natural. Actualmente el número de zoológicos repartidos por el mundo supera los 1.000, de los que el 80% se encuentran en zonas urbanas.

La Directiva 1999/22/CE, de 29 de marzo relativa al mantenimiento de animales salvajes en parques zoológicos, exige el establecimiento de un régimen de autorización y de inspección de los parques zoológicos, que garantice el cumplimiento de condiciones básicas de sanidad, bienestar y seguridad, para mantener la buena salud física y psíquica de los animales salvajes los habitan.

El Reglamento (CE) nº 338/97 del Consejo, de 9 de diciembre de 1996, relativo a la protección de especies de la fauna y flora silvestres mediante el control de su comercio, obliga a los Estados miembros a disponer de instalaciones adecuadas para el albergue y cuidado para los casos de importación de especímenes vivos de gran número de especies, y se prohíbe la exposición pública con fines comerciales de especímenes de las especies de su anexo A, salvo en caso de concreta excepción justificada por fines educativos, de investigación o cría.

Las competencias sobre la gestión de los zoos están transferidas a las comunidades autónomas, así que son éstas las que deben mantener  un registro de los parques zoológicos autorizados en su territorio, así como una actualización de la lista de animales que mantengan en sus instalaciones. Informarán, a su vez, al Ministerio de Medio Ambiente de los datos de sus registros.

Sin embargo, el cumplimiento de las leyes no siempre se garantiza puesto que los animales tienen que vivir en microambientes reducidos, muchas veces masificados, otras veces aislados de su grupo de iguales, además de su privación de libertad.

¿ZOOLÓGICOS CON FINES CONSERVACIONISTAS?

Muchos animales de los zoos no están en ellos para su conservación, puesto que no son animales en peligro de extinción. Viven encarcelados de por vida con el único fin de distraer a los visitantes, en espacios muy reducidos, a veces incluso solos o, por el contrario, sin tener derecho a privacidad.

Muchas veces, las crías que nacen en cautiverio se venden a otros zoológicos, a circos o a cazadores privados, con lo que se está comerciando con estas especies.

Además, en determinadas ocasiones el clima no es el adecuado para ellos: o hace excesivo frío, o demasiado calor, o el clima es excesivamente húmedo, etc.

¿ZOOLÓGICOS CON FINES EDUCATIVOS?

Estos lugares no demuestran que sirvan para fines educativos ni de investigación sobre el comportamiento y la conducta animal, como erróneamente se cree.

En primer lugar, nada tiene de educativo privar de libertad a un animal y separarlo de su grupo familiar. Por otra parte, estudiar comportamientos que no son normales, ni naturales, ni propios de ellos tampoco puede considerarse como educativo. Ya hemos mencionado que las conductas de estos animales se ven modificadas y distorsionadas debido a su estado de cautiverio. Los animales que viven en libertad presentan conductas totalmente diferentes.

Como todos los animales en cautiverio, su conducta se ve modificada y aparecen patologías y comportamientos anormales.

LAS MALAS CONDICIONES DE LOS ZOOLÓGICOS:

Las condiciones de higiene en las que viven también dejan mucho que desear, muchas veces teniendo que malvivir entre sus propios excrementos. También tienen que sufrir de la ruidosa y molesta presencia humana, lo que les genera una situación de estrés añadida.

Según la Asociación Born Free en su estudio EU ZOO INQUIRY ‘REPORT FINDINGS AND RECOMMENDATIONS’ sobre el estado de los zoos en la Unión Europea, las condiciones no son todo lo favorables que se dicta en las leyes. El personal que atiende a los animales no está cualificado y muchos zoológicos se encuentran bajo recursos.

Según el informe, solo el 14,06% de las especies que viven en los zoos se encuentran amenazadas.

España, en concreto, ha sido denunciada por la Comunidad Europea por el mal estado de sus zoológicos. En el año 2011, la Asociación Igualdad Animal presentó una denuncia contra 8 zoológicos españoles por hacinamiento, maltrato de los animales, por abandono o carencia de atención veterinaria. Estimaron que el 44% de los animales padecía de problemas físicos o psíquicos debido al cautiverio. También se sospechó de indicios de tráfico ilegal de animales.

Por tanto y, teniendo en cuenta todos estos factores, podemos concluir que los zoológicos incumplen lo estipulado por las leyes y son perjudiciales para la salud tanto física como psíquica de los animales. Por este motivo, lo necesario y justo sería que no se mantuvieran por más tiempo.

SI QUIERES AYUDAR A EVITAR QUE SE SIGAN MANTENIENDO

¡NO VISITES LOS ZOOS!

REFERENCIAS:

  •    «Zoo,» Encyclopaedia Britannia, 2008