En todas las granjas visitadas de China, los animales eran tratados con rudeza y eran confinados en filas de inapropiadas y pequeñas jaulas. En cada una de estas se ve cómo predominan su extrema ansiedad y sus signos de comportamiento patológico. Otros indicadores de su lamentable estado son la alta mortalidad de los cachorros o crías, y el infanticidio.
Entre noviembre y diciembre, los zorros son vendidos, asesinados, despellejados y su piel es procesada. Los animales son a menudo asesinados en lugares contiguos a mercados al por mayor, donde los granjeros llevan sus animales para venderlos en stock a grandes compañias.
Para llegar hasta allí, los animales a menudo son transportados largas distancias bajo pésimas condiciones antes de ser asesinados. Estan sin sentido debido a los constantes balanceos y golpes en la cabeza contra el suelo.
El despelleje comienza con un cuchillo en el vientre mientras el animal cuelga boca a bajo con sus patas traseras atadas a un gancho. Un gran número de animales continua algo consciente durante este proceso.
Completamente indefensos, se resisten y tratan de luchar contra su inminente final. Incluso después de que la piel les haya sido arrancada, la respiracion, el latido del corazón y el pestañeo son evidentes durante 5 o 10 minutos.